¿La dieta es más culpable que la cama? Estos alimentos pueden estar generándote somnolencia

Aunque pensamos que es culpa del estrés o no dormir bien, te decimos cuáles son los alimentos que podrían estar incrementando esas ganas de dormir por la tarde.
Siempre hemos culpado a la falta de horas de sueño o al inevitable estrés acumulado. Sin embargo, una fascinante y relevante investigación científica nos invita a reexaminar a los verdaderos sospechosos, sugiriendo que la principal causa de este fenómeno podría esconderse en algo tan cotidiano como nuestro plato de comida.
La ciencia en la mesa: más allá del sueño
Te recomendamos este videoUn reciente y significativo estudio, publicado en la prestigiosa revista médica The Lancet eBioMedicine y oportunamente destacado por publicaciones como Women’s Health, ha arrojado nueva luz sobre esta persistente sensación de fatiga. Los investigadores se enfocaron en la somnolencia diurna excesiva (SDE), un trastorno que afecta la capacidad de mantenerse alerta y productivo durante el día. Lo notable de sus hallazgos es que lograron establecer una conexión directa y metabólica entre ciertos alimentos y esta repentina disminución de energía.
El estudio, que analizó muestras de sangre de miles de participantes, se centró en identificar los metabolitos, esas pequeñas moléculas que resultan del proceso de la digestión y que circulan en el torrente sanguíneo. Los científicos encontraron siete metabolitos específicos vinculados a la somnolencia diurna, pero dos de ellos destacaron especialmente por su relación con la alimentación: la tiramina y las esfingomielinas.

Si tienes mucho sueño por la tarde, puede que sea por estos alimentos. Foto: Medicina y Salud Pública.
¿Qué significa esto para nuestro día a día?
El rol de estos compuestos resulta muy revelador. La tiramina es un compuesto que se encuentra comúnmente en alimentos fermentados o que han pasado por un proceso de maduración, como algunos quesos curados, el tofu o ciertas bebidas alcohólicas. La hipótesis de los expertos sugiere que la ingesta de alimentos ricos en tiramina podría influir en neurotransmisores clave —como la serotonina y la melatonina—, que son los encargados de regular nuestros ciclos de sueño y vigilia. Al modular estos sistemas, la tiramina podría inclinar la balanza hacia un estado de mayor aturdimiento y cansancio después de comer.
Por su parte, las esfingomielinas son un tipo de lípido (grasa) abundante en alimentos como los huevos, la leche y la carne. Si bien la investigación continúa, la conexión con estos metabolitos abre una puerta para entender cómo las vías lipídicas y la energía que obtenemos de estos alimentos impactan directamente nuestra capacidad de concentración y alerta.
Estrategias para combatir el cansancio
Estos descubrimientos no pretenden satanizar los alimentos mencionados, sino generar una mayor consciencia sobre el impacto metabólico de nuestras elecciones dietéticas. El mensaje principal es claro: si usted o un ser querido experimentan un “bajón” recurrente a media tarde, más allá de la preocupación por el sueño o el estrés, es momento de mirar la composición de sus comidas principales.
El llamado es a practicar la moderación y el balance. Priorizar comidas que combinen proteínas magras, grasas saludables y carbohidratos complejos (como cereales integrales y vegetales) ayuda a estabilizar los niveles de glucosa y energía, evitando esos picos y caídas bruscas que resultan en la temida somnolencia vespertina.

Recuerda incluir alimentos como huevo, leche y carne en tu mañana para evitar el sueño. Foto: ASI Salud.
La próxima vez que el sueño llame a su puerta a mitad de la tarde, antes de culpar a la almohada, revise su menú. Nuestro cuerpo es un sistema complejo, y la ciencia nos recuerda que la vigilancia nutricional es una herramienta poderosa para mantenernos activos y productivos.