¿Realmente sabes lo que comes? El pollo es uno de los alimentos que más se come en el mundo. En muchas casas, no puede faltar al menos una vez por semana en la mesa familiar. Ya sea al horno, frito, a la plancha, en milanesas, en sopas, en tacos o en empanadas, su versatilidad lo convierte en la estrella de la cocina mexicana. Además, esta es la verdadera razón por la que los pollos rostizados son más baratos en los supermercados.
Pero lo que muchos no saben es que, más allá de su sabor o gusto. Existen partes del pollo que pueden poner en riesgo tu salud si no se manipulan o cocinan correctamente. Lo más alarmante es que muchísimas personas siguen comiéndolas por costumbre, por tradición o por desconocimiento. Peor aún: algunas de esas partes ni siquiera deberían considerarse comestibles en un hogar consciente de la salud.

¡Cuidado con estas 4 partes del pollo! Muchos las comen sin saber que pueden ser un riesgo para la salud. Foto: Archivo
Recomendación clara al comprar pollo
- Siempre retíralos al limpiar un pollo entero.
- Si compras pollo ya trozado, asegúrate de que no vengan adheridos.
- NO los uses en caldos, sopas o salsas.
- Tu cuerpo no necesita más toxinas: descarta los pulmones sin dudarlo.

Estas son las piezas del pollo que pueden poner en riesgo tu salud. Foto: Archivo
¿Qué deberías hacer si compras pollo entero?
Aquí van pasos simples para una preparación segura y consciente:
- Revisar todas las cavidades internas. Retirar cualquier órgano que no identifiques.
- Eliminar la grasa del pollo. Quitar exceso de grasa ayuda a reducir el colesterol en tus comidas.
- Evitar cocer con piel zonas como el cuello o la cola.
- Si usas menudencias, lávalas con vinagre y cocínalas bien.
- Conservar el pollo a temperatura adecuada para evitar proliferación de bacterias.

Lo más alarmante es que muchísimas personas siguen comiéndolas por costumbre, por tradición o por desconocimiento. Foto: Archivo
¿Y qué partes del pollo son las más recomendadas?
- Pechuga: alta en proteína, baja en grasa. Ideal para dietas saludables.
- Muslos sin piel: sabrosos y nutritivos, con buena relación grasa-proteína.
- Rabadilla (carcasa): perfecta para caldos caseros, sin grasa excesiva.
- Hígado (limpio): rico en hierro y vitamina A, aunque debe comerse con moderación.
Por ello, estas 4 partes del pollo pueden parecer inofensivas o incluso sabrosas para algunos. Pero detrás de su sabor se ocultan riesgos reales para la salud digestiva, inmunológica y cardiovascular.
El truco secreto para cocinar alitas de pollo y no queden crudas o quemadas

Además de conocer estas piezas del pollo que pueden poner en riesgo tu salud, te puede interesar estos trucos para cocer pechuga de pollo y evitar que quede seca y dura, o bien, conocer 4 maneras fáciles para identificar si el pollo crudo se ha echado a perder.