Cómo guardar el pan de muerto para que no se ponga duro ni se eche a perder

Disfruta más tiempo tu pan de muerto con estos consejos sencillos para que no pierda su sabor ni su textura.
Ya llegó esa época del año en la que el aroma a pan de muerto empieza a aparecer por todas partes. No hay duda: es el rey del Día de Muertos. Con su saborcito a naranja, esa miga suave y el azúcar por encima, es imposible resistirse. Pero hay algo que a muchos nos pasa cada año… lo compramos con toda la emoción, nos comemos uno o dos pedazos, lo dejamos en la cocina, y al día siguiente: ya está duro. O peor, con moho. Si también te ha pasado, no te preocupes. Aquí te cuento cómo guardar bien tu pan de muerto para que no pierda su textura ni su sabor. ¡Toma nota! Además, checa los Ingredientes y tips para preparar el mejor pan de muerto
El error más común: guardarlo en bolsa de plástico
Seguramente lo has hecho (yo también lo hacía): compras tu pan, te comes la mitad y guardas el resto en una bolsa de plástico para “mantenerlo fresco “. Pero sorpresa… al otro día ya está todo chicloso o ya empezó a oler raro.
El problema es que el pan de muerto, como muchos otros panes, absorbe la humedad del ambiente. Y la bolsa de plástico solo atrapa esa humedad, haciendo que el pan se eche a perder más rápido.
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Las mejores formas de conservar el pan del Día de Muertos
- Usa bolsas de papel
Los panaderos expertos coinciden: lo mejor para guardar pan de muertos es una bolsa de papel. A diferencia del plástico, el papel permite que circule el aire y evita que se acumule humedad. Esto ayuda a que la corteza se mantenga crujiente por más tiempo y la miga no se vuelva chiclosa o dura.
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- Bolsas con recubrimiento de parafina
Otra opción que también funciona bien son las bolsas recubiertas de parafina. Estas ayudan a evitar que el pan se reseque demasiado rápido y ofrecen un equilibrio entre mantener la humedad justa sin sofocar el pan. Eso sí, tampoco hacen milagros: son útiles por poco tiempo.
- Consume pronto
No hay mejor consejo que este: come el pan lo antes posible. Si lo compraste o lo horneaste, trata de disfrutarlo ese mismo día o al siguiente. Si te sobra, guárdalo siguiendo los consejos anteriores, pero considera que su mejor momento es siempre el más cercano a su preparación.
NOTA: El pan de muerto es de esos placeres que no duran mucho, pero que se disfrutan un montón. Así que si quieres que te dure uno o dos días más sin que pierda su encanto, sigue estos consejos y disfruta cada mordida.
Datos curiosos del pan de muerto
- El pan de muerto ha sido parte esencial de las ofrendas de muertos en México desde la época prehispánica. La tradición de esperar a los muertos con una rica comida es más antigua de lo que muchos podrían pensar.
- El pan se aromatiza con flores de azahar o con esencia de naranja. Esto se relaciona con la creencia de que los muertos sólo pueden reconocer los lugares por el olor de las flores, la luz de las velas y los colores brillantes.
- En la época prehispánica se elaboraban figuras de amaranto con fines rituales, estando muy relacionadas con la sangre y los sacrificios a los dioses. A la llegada de los españoles, se sustituyó el uso del amaranto por el trigo. Este es el origen del pan de muerto como lo conocemos actualmente.
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