¿Se puede freír cebolla en tiempo récord? Te decimos cómo

¿Cuántas veces has comenzado a preparar una receta que lleva cebolla frita y te has dado cuenta de que el proceso es más largo de lo que esperabas? La cebolla es un ingrediente esencial en la cocina mexicana y en muchas otras gastronomías. Su dulzura y sabor caramelizado son la base de innumerables platillos, desde salsas y guisos hasta estofados y sopas. Sin embargo, conseguir esa textura perfecta y ese color dorado puede tomar hasta 10 o 20 minutos, lo que a veces nos desanima a usarla o nos hace sentir que el tiempo en la cocina se alarga demasiado.

Afortunadamente, la ciencia viene al rescate. Recientemente, se ha popularizado un método respaldado por investigaciones que promete reducir a la mitad el tiempo de cocción de la cebolla. Lo mejor de todo es que el ingrediente clave es algo que casi todos tenemos en casa: el bicarbonato de sodio.

¿Cómo funciona la magia de la cebolla frita?

El secreto detrás de este método radica en la química. El bicarbonato de sodio es una sustancia alcalina, mientras que la cebolla contiene compuestos ácidos. Al añadir una pizca de bicarbonato de sodio a la cebolla mientras se fríe, lo que sucede es una reacción fascinante.

Normalmente, el proceso de caramelización de la cebolla implica la ruptura de sus paredes celulares y la liberación de los azúcares naturales que contiene. Este proceso es lento y gradual. Sin embargo, el bicarbonato de sodio acelera la descomposición de la pectina, un polisacárido que actúa como el “pegamento” que mantiene unidas las células de la cebolla. Al debilitar esta estructura, el calor puede penetrar más rápidamente, lo que permite que la cebolla se ablande y se dore en mucho menos tiempo.

Aprende cómo hacer cebolla frita crujiente para que puedas utilizarla en ensaladas, cremas, hamburguesas, perritos calientes y otras recetas. Foto: Archivo

Cómo freír cebolla rápidamente, paso a paso

Si quieres probar este truco en tu propia cocina, es muy sencillo.

1. Pica o rebana la cebolla como lo harías normalmente para tu receta.

2. Calienta el aceite o mantequilla en un sartén a fuego medio.

3. Añade la cebolla y cocina por un minuto.

4. Espolvorea una pequeña cantidad de bicarbonato de sodio. La clave es la moderación. Para una cebolla mediana, media cucharadita es más que suficiente. Si usas demasiada, la cebolla podría adquirir un sabor ligeramente jabonoso.

5. Revuelve bien para que el bicarbonato de sodio se distribuya de manera uniforme.

6. Continúa friendo y verás cómo, en solo unos 10 o 15 minutos, tu cebolla estará perfectamente dorada y lista para integrarse a tu platillo.

Un truco que te ahorrará tiempo

Este método no sólo es rápido y efectivo, sino que también garantiza una caramelización uniforme. La próxima vez que tu receta pida cebolla frita, no lo pienses dos veces y usa este simple truco. Te sorprenderá el tiempo que ahorras y el delicioso resultado que obtienes. Es una de esas pequeñas joyas de la cocina que nos demuestran que, a veces, los mejores atajos están respaldados por la ciencia, y que una pizca de conocimiento puede hacer toda la diferencia.

¿Te animas a intentarlo en tu próxima preparación?

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