¿Cómo tener toallas de baño suaves sin usar suavizante? Checa este método casero

Para tener toallas suaves, el suavizante no siempre es lo que necesitas. Por el contrario, el uso excesivo de este producto podría dañar completamente las fibras de la esponja. Además, los productos químicos de limpieza siempre contienen componentes tóxicos que son peligrosos para la salud y también para el medio ambiente. Por ello, hoy sabrás cómo tener toallas de baño limpias, fragantes y muy suaves. Además, checa cómo lavar las toallas blancas para que luzcan como nuevas y esponjosas.

Toallas suaves, el método experto

Lo primero que hay que hacer es no poner demasiados artículos dentro del tambor de la lavadora, prefiriendo solo las toallas. En este caso, no se dañarán, además de tener un lavado óptimo y recuperar la suavidad de siempre. Solo las sábanas se pueden lavar juntas, favoreciendo también un programa ecológico y una baja dosis de detergente.

En lugar de suavizante de telas, el consejo de los expertos es usar bicarbonato de sodio. Un producto totalmente natural que actúa como suavizante, desinfectante y limpiador. Tampoco es tóxico y no contiene productos químicos. ¿Cómo se utiliza? Media taza es suficiente para verter directamente en el tambor, realizando un lavado normal. Puede blanquear naturalmente incluso las toallas amarillentas.

Otras opciones para lavar toallas de baño

Los expertos también tienen otros consejos para tener toallas suaves y no arriesgarse a tener que tirarlas.
Si es posible, después de lavarlas se deben colocar en la secadora. La regla general es configurar el programa en “medio seco”. De lo contrario, también puede colocarlos al sol, preferiblemente con viento favorable.

Otro excelente ingrediente es el vinagre blanco que suaviza los tejidos de una manera completamente natural. Excelente como desinfectante y eficaz contra los malos olores. Una sola taza de vinagre es suficiente para verter en la bandeja dentro de la sección del suavizante. ¿Un consejo? Agrega unas gotas de aceite esencial de menta para darle a las telas un gran aroma limpio.

Obviamente, hay que decir adiós al cloro, porque el riesgo de arruinar por completo las toallas es muy alto. El cloro podría aplanar las fibras y darles una rigidez nunca antes vista.

Por último, es mejor evitar temperaturas demasiado altas para el lavado y las sobrecargas de detergente. Un paño jabonoso tendrá dificultades para eliminar todos los residuos que quedan en las fibras. Además, tan pronto como finalice el ciclo de lavado, las toallas deben colgarse inmediatamente para que se sequen. Una toalla húmeda atrae los malos olores, el moho y las fibras rígidas.

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