¿Por qué razones no debes partir o triturar las pastillas antes de tomarlas?
Cortar tus pastillas puede ayudarte a ahorrar, pero también conlleva riesgos. Descubre por qué no debes partir las pastillas.
“Solo la mitad porque no me siento tan mal”, “voy a partir la pastilla porque no la puedo tragar”, son algunas de las ideas que se nos ocurren a la hora de tomar medicamentos. Sin embargo, no siempre es buena idea y aquí te contaremos por qué no debes partir las pastillas. Además, descubre la forma correcta de tirar medicamentos caducados y evitar accidente.
De acuerdo a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), la manipulación de productos farmacéuticos orales sólidos como comprimidos o pastillas puede influir negativamente en su eficacia terapéutica y ocasionar reacciones adversas, tanto a los pacientes como a quienes manipulen los fármacos.
No obstante, se entiende que puede surgir la necesidad de manipular la forma farmacéutica para facilitar su administración. Recurriendo a prácticas como partir, triturar, disolver comprimidos o abrir cápsulas, así como mezclarlos con espesantes y alimentos. Por ello, es fundamental tener en cuenta que no todos los medicamentos pueden ser manipulados sin comprometer su eficacia o seguridad y que, en caso de necesitarlo, hay que ver primero el prospecto.
Entre los casos excepcionales señala las clínicas y contextos asistenciales que dificultan el uso de estas formas farmacéuticas, como son los problemas de deglución (especialmente relevantes en pacientes geriátricos o institucionalizados), el uso de sondas enterales, la administración en niños o la necesidad de realizar ajustes de dosis.

No debes partir las pastillas a menos que un profesional de la salud te lo indique y la pastilla tenga una línea de precorte (ranura), ya que esta práctica puede ser peligrosa y afectar la eficacia del medicamento. Foto: Archivo
Por qué no debes partir las pastillas
Las razones principales son:
- Alteración de la dosis: Es muy difícil partir una pastilla de forma exactamente igual, por lo que una mitad podría contener más principio activo que la otra, lo que lleva a una dosificación incorrecta (sobredosis o subdosificación). Te recomendamos este video
- Pérdida del recubrimiento especial: Muchas pastillas tienen recubrimientos diseñados para proteger el estómago del medicamento, proteger el medicamento del ácido estomacal, o asegurar que el fármaco se libere en una parte específica del intestino. Al partirla, este recubrimiento se daña.
- Modificación de la liberación del fármaco: Los medicamentos de liberación prolongada o de acción controlada están diseñados para liberar el principio activo gradualmente a lo largo del tiempo. Partirlos puede hacer que toda la dosis se libere de golpe, lo que podría causar una sobredosis y efectos secundarios graves.
- Inestabilidad del principio activo: Algunos medicamentos son sensibles a la luz, la humedad o la temperatura una vez expuestos al aire. Partir la pastilla rompe su barrera protectora, comprometiendo su estabilidad y eficacia.
- Dificultad para tragar: Las mitades resultantes pueden tener bordes irregulares, lo que puede hacerlas más difíciles de tragar que la pastilla entera y aumentar el riesgo de atragantamiento.
- Toxicidad por manipulación: En el caso de fármacos potentes (como algunos de quimioterapia), el contacto directo con la piel o la inhalación de partículas al partirlas puede representar un riesgo para la persona que las manipula.

Dividir las pastillas medicinales podría ser peligroso pues puede conducir a tomar una dosis equivocada de medicamento, dice un estudio. Foto: Archivo
Recomendaciones al tomar medicamento
Antes de manipular cualquier forma farmacéutica, en primer lugar, recuerda que es importante consultar la ficha técnica o prospecto del medicamento para comprobar si se aceptan métodos de administración alternativos como partir, triturar, dispersar los comprimidos o abrir las cápsulas, para facilitar su deglución.
En caso de que no se contemple un método de administración adecuado para el paciente, la Agencia recomienda buscar formas farmacéuticas alternativas que permitan su administración sin necesidad de manipulación. Es el caso de, por ejemplo, las formas farmacéuticas orales líquidas (soluciones, suspensiones o gotas orales) o algunas formas sólidas, como las bucodispersables, sublinguales, masticables o dispersables.

Cortar tus pastillas puede ayudarte a ahorrar, pero también conlleva riesgos. Descubre por qué no debes partir las pastillas. Foto: Archivo
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