Siempre adquirir un producto nuevo y en especial aquellos que tienen contacto con alimentos, deben ser tratados de manera especial. Muchos los lavan y otros deben tener una técnica llamada “curado” para poder usarlos. Por ello, aquí vas a aprender cómo curar un termo nuevo. Además, aprende cómo curar una vaporera y por qué debes untar cal antes de cocinar los tamales.
Sin embargo, en los últimos meses, ha habido un boom por los vasos y termos de acero inoxidable con un sin fin de diseños y tamaños. Pero, sin importar dónde compraste tu termo o vaso de acero inoxidable, antes de usarlo es necesario seguir unos sencillos pasos por dos razones muy importante:
1. primero para que tus bebidas no sepan a metal.
2. Y segundo, para no poner en riesgo tu salud.
Cabe recordar que las abuelitas hacían antes esto con sus ollas y cacerolas de metal y ahora, hay muchos videos en redes sociales que explican cómo hacerlo, sobre todo con el boom de los vasos metálicos.
En el caso de los termos nuevos es recomendable lavarlos antes de verter el líquido que consumiremos. Aprende cómo curarlo de manera correcta. Foto: Archivo
El proceso, afortunadamente, es muy sencillo: Cómo curar un termo nuevo
Lavar el vaso o termo con agua tibia y jabón para eliminar todo residuo de fabricación; es importante hacerlo con una esponja suave, porque se puede rayar y, además de afectar estéticamente, también puede ser factor para la liberación de metales
1. Poner a hervir agua y colocarla dentro del recipiente (a esto se le llama templar)
2. Agregar una cucharada de bicarbonato de sodio o unas gotitas de vinagre y revolver
3. Tapar el termo y dejarlo reposar aproximadamente cuatro horas
4. Pasado el tiempo, se vacía el vaso o termo
5. Hay que lavarlo nuevamente con agua y jabón
¡Listo, el termo o vaso de metal ya se puede usar!
Lavar el vaso o termo con agua tibia y jabón para eliminar todo residuo de fabricación. Foto: Archivo
Qué pasa si no ‘curas’ tu vaso o termo metálico
En el mejor de los casos, si sólo lavas el termo e inmediatamente lo usas, el agua o la bebida que viertas tendrá un sabor muy parecido al del metal. Aunque también podría saber a detergente, cualquier residuo que haya quedado y hasta a moho.
En el peor, corres el riesgo de intoxicación o envenenamiento. El acero inoxidable es una aleación de hierro con carbono y es muy común en estos recipientes, e incluso utensilios de cocina, sin embargo, puede liberar algunos metales que le añaden para aumentar su resistencia a la corrosión.
Entre los más conocidos están el cromo o níquel los cuales, aunque en pequeñas cantidades, podrían adherirse a los alimentos o bebidas y generar una reacción alérgica, dermatitis, asma bronquial, dolor estomacal, vómito, diarrea o úlceras, de acuerdo con la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en inglés).
En el peor, corres el riesgo de intoxicación o envenenamiento. Foto: Archivo
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