4 lunches escolares funcionales y nutritivos que tus hijos amarán

La hora del recreo es uno de los momentos más esperados del día escolar, y un lunch nutritivo, práctico y con un toque especial puede hacerla aún mejor. Como padres, sabemos que el desafío es grande: necesitamos opciones que no sólo sean saludables y deliciosas, sino también fáciles de empacar y, si es posible, que animen a nuestros hijos a comer todo.

Preparar el lunch escolar no tiene que ser una tarea aburrida. Con un poco de creatividad y planificación, podemos transformar la lonchera de nuestros hijos en una fuente de energía y alegría. El secreto está en pensar en el lunch como una pequeña obra de arte culinaria que nutre tanto el cuerpo como la imaginación.

El pollo aporta nutrientes muy importantes como proteínas, grasas, vitamina A, calcio, hierro, zinc, sodio y más. Foto: Archivo

El trío de oro para un lunch perfecto

Para que un lunch sea exitoso, debe cumplir tres criterios clave: ser nutritivo, funcional y visualmente atractivo.

1. Nutritivo: La lonchera debe incluir una variedad de alimentos que proporcionen energía sostenida para las horas de estudio y juego. Piensa en incluir proteínas (pollo desmenuzado, jamón de pavo, huevo duro), carbohidratos complejos (pan integral, galletas de arroz), grasas saludables (aguacate, nueces) y, por supuesto, una buena porción de frutas y verduras. Un ejemplo de un lunch balanceado podría ser un sándwich de pan integral con queso, jamón de pavo y lechuga, acompañado de palitos de zanahoria y pepino, y unas fresas.

2. Funcional: ¿Qué tan fácil es para tu hijo comer el lunch por sí mismo? Es vital elegir alimentos que no requieran calentarse o utensilios complicados. Opta por sándwiches, wraps, muffins salados, sushi de arroz o rollitos de jamón y queso. Las frutas y verduras cortadas en bastones, cubos o rodajas son mucho más atractivas y fáciles de comer que una pieza entera. Recuerda usar recipientes herméticos y compartimentados para evitar derrames y mantener la comida separada.

3. Lindo diseño: La presentación lo es todo. Un lunch con un toque de diseño puede motivar a tu hijo a comer y a sentir que su comida fue preparada con amor. No necesitas ser un artista del bento para lograrlo. Puedes usar moldes de galletas para cortar el sándwich en formas divertidas, como estrellas o dinosaurios. Las frutas se pueden convertir en pequeñas esculturas: un plátano con la punta sumergida en chocolate y decorado con chispas de colores, o una naranja con forma de flor.

Asegúrate de incluir cereales integrales, verduras de hoja verde, grasas saludables, fibra y proteínas saciantes, y muchas especias deliciosas. Foto: Archivo

Ideas sencillas y prácticas

• Mini brochetas de fruta: Combina trozos de melón, uvas y fresas en pequeños palitos de brocheta. Es un bocado fácil y divertido.
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• Rollitos de jamón y queso: Unta una tortilla de harina con queso crema, agrega una rebanada de jamón y enróllala firmemente. Luego, córtala en pequeñas rodajas.
• Barritas de cereal caseras: Puedes prepararlas con avena, miel, frutos secos y chispas de chocolate. Son energéticas y mucho más sanas que las comerciales.
• Vegetales dippers: Incluye bastones de apio, zanahoria y pepino con un pequeño recipiente de yogur sin azúcar para que puedan sumergirlos.

Invertir unos minutos extra en la preparación del lunch no sólo asegura que tus hijos reciban la nutrición que necesitan, sino que también les envía un mensaje claro: son importantes y su bienestar nos importa. Un lunch preparado con cariño es una forma de estar presentes, incluso cuando no estamos a su lado.

Las proteínas son fundamentales, y si tienen poca grasa mejor que mejor. Foto: Archivo

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