¡A disfrutar sin excesos! La guía para prepararse ante los festines de Fin de Año

Las fiestas de fin de año son sinónimo de alegría, reencuentros y, por supuesto, de deliciosas y abundantes comidas. Desde el pavo y los romeritos hasta los buñuelos y las bebidas espumosas, la mesa se convierte en el centro de la celebración. Si bien es maravilloso compartir estos manjares, a menudo la temporada nos deja con una sensación de pesadez e incomodidad.

La clave para disfrutar plenamente de estas tradiciones sin pagar un alto precio digestivo no está en la restricción, sino en la preparación inteligente.

El Equilibrio es tu Aliado

No esperes al 24 o 31 de diciembre para adoptar buenos hábitos. Las semanas previas son cruciales para “calibrar” tu organismo:

• Hidratación Óptima: Bebe suficiente agua a lo largo del día. Esto no sólo ayuda a mantenerte saciado, sino que facilita la digestión y el metabolismo de azúcares y grasas cuando lleguen los platillos más pesados.

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• No Saltes Comidas: Es un error común creer que “ahorrar” calorías saltándose el desayuno o la comida del día de la celebración. Esto sólo provoca que llegues al festín con un apetito descontrolado, lo que te llevará a comer en exceso y demasiado rápido. Mantén tus comidas habituales, priorizando la fibra y la proteína magra.

• Actividad Física Constante: No detengas tu rutina de ejercicio. Una caminata o una sesión de entrenamiento regular no sólo queman calorías, sino que mejoran la función digestiva y reducen el estrés, factores que influyen directamente en cómo nuestro cuerpo procesa los alimentos.

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Recuerda que es mejor conservar tus 3 comidas al día, así no sentirás momentos de hambre intensa. Foto; LaSexta

Estrategias para el Momento del Banquete

El día de la cena, implementa estas sencillas, pero efectivas, tácticas para navegar por el menú:

• El Principio del Bocado Lento: La digestión comienza en la boca. Mastica cada bocado con calma y disfruta de los sabores. Tómate una pausa de al menos 20 minutos antes de repetir un plato, pues este es el tiempo que tarda tu cerebro en recibir la señal de saciedad.

• Prioriza el Orden: Inicia tu plato con las opciones ricas en fibra, como ensaladas o vegetales cocidos. La fibra ayuda a “acolchar” el estómago, ralentiza la absorción de grasas y carbohidratos, y genera una sensación de plenitud. Luego, disfruta con moderación de los platillos más tradicionales.

• Gestión de Bebidas: Es fácil sumar cientos de calorías con las bebidas azucaradas o alcohólicas. Alterne cada copa de vino o coctel con un vaso de agua mineral o natural. Esto te mantendrá hidratado y te ayudará a moderar el consumo de alcohol, que puede estimular el apetito.

Después de la Cena: Digestión Amigable

Si, a pesar de las precauciones, sientes que has comido de más, no te castigues. Simplemente facilita el proceso:

• Un Paseo Ligero: Una caminata tranquila de 15 a 20 minutos después de la cena puede hacer maravillas. Ayuda a mover la comida a través del sistema digestivo y reduce los niveles de azúcar en la sangre.

• Infusiones Aliadas: Prepara una infusión caliente de manzanilla, menta o jengibre. Estas hierbas son conocidas por sus propiedades carminativas, ayudando a aliviar la hinchazón y los gases.

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Un rico té de manzanilla puede ayudar a tu estómago. Foto: Cocina Vital.

Las fiestas son una época para celebrar en familia y crear recuerdos duraderos. Siguiendo estos consejos, podrás participar en los festines con conciencia y alegría, asegurando que el verdadero regalo de la temporada sea un bienestar pleno, tanto en el alma como en la digestión.