Cómo trabajar diferentes tipos de masa: ¡Las técnicas que nadie te había contado!

Consigue las texturas y creaciones que sorprenderán a todos tus invitados o a tu familia.
La masa es el elemento fundamental que define el éxito de muchas recetas tanto dulces como saladas. Dominar los diferentes tipos de masa te permitirá explorar un universo culinario lleno de posibilidades deliciosas. Por ello, en esta guía aprenderás a identificar y trabajar cada variedad para conseguir resultados profesionales desde la comodidad de tu cocina.
Los diferentes tipos de masa y cómo trabajarlas
Antes de comenzar, es importante comprender que cada tipo de masa tiene características únicas. Las masas se comportan de manera distinta frente al calor y son ideales para elaboraciones específicas. A pesar de compartir ingredientes básicos como harina, agua o grasa, la técnica de elaboración marca la diferencia en el resultado final.
1. Masas finas
Las masas finas son reconocidas por su delicadeza y textura ligera. Dichas variedades requieren una manipulación cuidadosa para lograr ese acabado perfecto que tanto apreciamos en la repostería y cocina internacional.
La masa brick destaca por su resistencia y parecido a un crêpe de hojaldre. Para trabajarla correctamente, debes evitar que se reseque, pues se volverá difícil de manipular. Esta versatilidad la hace perfecta para:
- Bolsitas rellenas con mezclas saladas. Te recomendamos este video
- Preparaciones horneadas o fritas.
- Elaboraciones en sartén sin grasa añadida.
Por otro lado, encontramos la masa filo, de origen árabe, caracterizada por su extrema finura. Una vez horneada, el resultado es una textura increíblemente crujiente que se rompe con facilidad. Esta opción es fundamental para:
- Paquetitos rellenos de queso o verduras.
- La tradicional pastela árabe.
- El dulce baklava turco.
Finalmente, sin duda, el rey de las masas finas es el hojaldre. Con su inconfundible aspecto crujiente y sabor a mantequilla, se elabora mediante un proceso de doblado que crea finas capas separadas por grasa. Resulta ideal para:
- Pastelitos y cruasanes.
- Tartas para rellenar.
- Bases de aperitivos elegantes.

Imagen: KitchenAid ES
2. Masas gruesas
Cuando necesitamos una base más consistente, las masas gruesas son nuestra mejor aliada. Estas variedades tienen mayor estabilidad y una textura más contundente para determinadas preparaciones.
La masa choux destaca por su versatilidad, permitiendo tanto elaboraciones dulces como saladas. Su característica principal es que, al cocinarse, se ahueca formando una bóveda perfecta para rellenar. Es la opción ideal para:
- Lionesas y profiteroles
- Buñuelos dulces o salados
- Elaboraciones rellenas de crema o nata
En el terreno de las empanadas, encontramos diferentes tipos de masa según la región. Sin embargo, comúnmente, la masa para empanada debe elaborarse con:
- Fermento para lograr una textura más esponjosa.
- Masa madre para un sabor más profundo.
- Harina de maíz al estilo gallego para una textura característica.
Además, tenemos la masa quebrada, también conocida como brisa o “sablée”. Su textura arenosa la convierte en la base perfecta para:
- Tartas de frutas.
- Quiches saladas.
- Tartaletas individuales.

Foto: Comer y Beber
3. Masas para pizza
La pizza ha conquistado el mundo entero con sus infinitas posibilidades. Los principales tipos de masa para pizza son:
- La napolitana, que contiene únicamente agua, harina, levadura y sal. Esta variedad tradicional se caracteriza por sus bordes altos y su centro fino y flexible.
- En contraste, la romana incluye aceite de oliva además de los ingredientes básicos. El resultado es una masa mucho más delgada y crujiente, con bordes apenas perceptibles.
Para preparar una pizza clásica, normalmente necesitas:
- Estirar bien la masa.
- Cubrir con salsa de tomate.
- Añadir mozzarella en trozos.
- Incorporar hojas de albahaca y orégano.
- Rociar con un chorrito de aceite de oliva.

Imagen: Il Cratere del Gusto
4. Masas líquidas
Las masas líquidas representan otra categoría fascinante; son elaboradas principalmente con harina, huevos, leche y un leudante químico. Estas preparaciones se cocinan a fuego directo y se clasifican según su consistencia:
- Las completamente líquidas, como las de crêpes y tortitas, se caracterizan por su fluidez. Son perfectas para desayunos y meriendas, admitiendo tanto rellenos dulces como salados.
- Las semilíquidas, representadas por los gofres, mantienen una consistencia intermedia que permite crear esa textura característica en moldes especiales.
- Finalmente, las masas para freír como la tempura o pasta orly, envuelven los alimentos en una capa ligera y crujiente tras su cocción.

Imagen: Scoolinary Blog
5. Masas fermentadas
Las masas fermentadas necesitan tiempo para desarrollar todo su potencial. El proceso de fermentación, gracias a la levadura, permite que la masa aumente de tamaño y desarrolle sabores complejos.
Este grupo incluye:
- Diferentes tipos de panes.
- Brioches de textura esponjosa.
- Berlinas y otras preparaciones de bollería.
La clave para trabajar masas fermentadas es la paciencia. Respetar los tiempos de reposo y fermentación garantiza resultados óptimos en textura, sabor y aspecto.

Foto: Gustoso.TV
Consejos prácticos para trabajar todo tipo de masa
Independientemente de cual elijas, estos consejos te ayudarán a conseguir resultados profesionales:
- No desperdicies los recortes sobrantes. Puedes unirlos para decorar tartas, hacer minipizzas o palitos de queso.
- Si la masa es húmeda o grasa y se pega al estirarla, espolvorea harina en la superficie de trabajo y en tus manos hasta conseguir una textura manejable.
- Rodéate de utensilios adecuados que faciliten la preparación. Un buen rodillo, espátulas y moldes de calidad marcarán la diferencia en tus elaboraciones.
¡Ahora ya sabes cómo trabajar cualquier tipo de masa!
Dominar los diferentes tipos de masa te abre las puertas a un mundo infinito de posibilidades en la cocina. Desde las delicadas capas del hojaldre hasta la robustez de una buena masa de empanada, cada variedad tiene sus secretos y aplicaciones.
La práctica constante es la clave para perfeccionar estas técnicas. No te desanimes si tus primeros intentos no son perfectos. Con cada elaboración, irás ganando confianza y desarrollando tu propio estilo en la preparación de masas. ¡Anímate a experimentar con diferentes recetas y descubre tus favoritas!